Viajar a Bolonia, Italia: guía práctica con todo lo que ver en un día (o más)
Bolonia es una de las ciudades más chulas del norte de Italia, aunque a menudo queda fuera de los circuitos turísticos más populares (no entiendo por qué, ya que tiene un montón de sitios que ver muy interesantes). Conocida por su impresionante red de pórticos, su universidad (la más antigua de Europa) y su tradición gastronómica (de aquí sale la pasta a la boloñesa), esta ciudad ofrece una combinación ideal de historia, arte, ambiente joven y comida rica, rica 🙂
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En esta guía te propongo un recorrido completo para viajar a Bolonia, con paradas imprescindibles, rincones menos conocidos y consejos prácticos para aprovechar al máximo tu visita. Ya sea que pases un solo día o planees una escapada de fin de semana.
Cómo llegar a Bolonia: avión, tren o coche desde ciudades cercanas
Llegar a Bolonia es bastante fácil, está muy bien conectada tanto por aire como por tren, lo que la convierte en una parada perfecta dentro de cualquier ruta por Italia, especialmente si planeas visitar también Florencia, Milán o Venecia.
En avión
Bolonia cuenta con el Aeropuerto Guglielmo Marconi (BLQ) a solo 6 km del centro de la ciudad. Desde el aeropuerto, puedes llegar al centro en apenas 7 minutos con el tren Marconi Express, que conecta directamente con la estación central de trenes (Bologna Centrale). El billete cuesta unos 11 € ida y vuelta, y los trenes pasan cada 7 a 15 minutos.
Desde España hay vuelos directos frecuentes desde Madrid, Barcelona, Valencia, Málaga y Palma. También hay conexiones directas desde París, Londres, Berlín, Lisboa y otras ciudades europeas.
Desde Florencia
Una de las formas más populares de visitar Bolonia es como excursión desde Florencia. Ambas ciudades están conectadas por trenes que tardan unos 35 o 40 minutos.
Precio: de 15 a 25 €
Estación de salida: Firenze Santa Maria Novella.
Estación de llegada: Bologna Centrale.
Desde Milán
Si estás en Milán y te preguntas qué ver cerca de Milán en un día o dos, Bolonia es una opción ideal.
Duración del trayecto: 1 hora en tren.
Precio: entre 20 y 35 €
También hay trenes regionales más baratos (10-15 €), pero tardan hasta 2 horas y media.
Desde Venecia, Parma
Desde Venecia: 1 h 30 minutos en tren desde Venezia Santa Lucia.
Desde Parma: 55 min aproximadamente en tren regional (unos 7-9 €).
En coche
Si alquilas coche, ten en cuenta que el casco histórico de Bolonia tiene una zona de tráfico restringido (ZTL) bastante estricta. Aparcar cerca del centro puede ser complicado y caro. Lo mejor es dejar el coche en un parking disuasorio fuera del centro y moverse a pie o en transporte público. El aparcamiento Tanari o el de Stazione Autostazione suelen ser buenas opciones.
Qué ver en Bolonia: itinerario completo
Comenzamos el día en el corazón de la ciudad: Piazza Maggiore, la plaza principal de Bolonia. Aquí encontrarás la Basílica de San Petronio y el Palazzo d’Accursio, que es la sede del ayuntamiento. La basílica guarda en su interior una de las meridianas solares más largas del mundo. Si te fijas bien, el rayo de sol entra por un pequeño orificio en el techo y marca el mediodía con precisión matemática.
Desde la plaza, camina hacia la Fuente de Neptuno, una de las esculturas más icónicas de la ciudad. El Neptuno de Giambologna tiene una historia curiosa: el escultor jugó con la perspectiva para que, visto desde cierto ángulo, el pulgar extendido del dios parezca algo bastante más provocador. Este es uno de los llamados “siete secretos de Bolonia”.

A pocos pasos está el Archiginnasio, que fue sede de la Universidad de Bolonia. También tenemos el Teatro Anatómico, una pequeña joya de madera donde se realizaban disecciones en público en pleno siglo XVII (muy heavy).
Luego, sube por la Via Rizzoli hacia las Due Torri, símbolo de Bolonia. Solo una de ellas, la Torre degli Asinelli, está abierta al público. Son 498 escalones de madera que te muestran una vista impresionante de los tejados rojizos de la ciudad. ¡A ver si puedes subirlos todos porque vaya tela! Si eres supersticioso y estás de Erasmus… piénsatelo: una vieja tradición dice que subirla antes de graduarte puede traerte mala suerte, así que yo no lo haría por lo menos hasta graduarme, ¡no vaya a ser!

En esta misma zona, puedes ver en el pórtico del Palazzo del Podestà y aquí se esconde otro de los secretos de la ciudad: el efecto acústico que permite susurrar en una esquina del arco y ser escuchado en la opuesta. Es una especie de “teléfono medieval” usado en su día para confesiones sin revelar identidades.
Desde aquí, llega hasta el Quadrilatero, el antiguo mercado medieval que hoy sigue vivo con charcuterías, pastificios y tiendas gourmet. Puedes probar embutidos, quesos, vinos, …

Un desvío que puedes hacer es acercarte a la Finestrella di Via Piella, una pequeña ventana en una pared anodina desde la que asoma un canal oculto, vestigio del pasado fluvial de Bolonia. Este rincón, conocido como la “pequeña Venecia boloñesa”. Personalmente, no lo recomendaría por la cantidad de gente que se agolpa en fila solamente para poder asomarse o hacer una foto… No sé si merece tanto la pena la espera.

Por la tarde, si te queda energía, date un paseo bajo los pórticos hasta San Luca. Son casi 4 km (3,8 para ser exactos) de subida ligera desde el Arco del Meloncello hasta el Santuario della Madonna di San Luca, pasando por nada menos que 666 arcos, así que harás bastante pierna. El número no es casual: se dice que simboliza el demonio vencido por la Virgen. Desde arriba, las vistas del valle son espectaculares, sobre todo al atardecer.
Y si te interesa el arte menos transitado, guarda una hora para visitar el Oratorio de Santa Cecilia, una pequeña iglesia decorada con frescos renacentistas que suele estar prácticamente vacía. Un plan perfecto para cerrar un día perfecto de lugares que ver en Bolonia.
Uno de nuestros rincones favoritos de Bolonia fue la Piazza Santo Stefano. Es una plaza con mucho encanto, algo escondida, y bastante más tranquila que las zonas más turísticas. Tiene forma irregular, pórticos bonitos y un aire relajado que invita a sentarse un rato sin prisa. Lo más curioso es el complejo de las Sette Chiese (sí, “siete iglesias” en una), una mezcla de edificios religiosos que se fueron construyendo unos sobre otros. El resultado es un laberinto de patios, claustros y capillas que parece sacado de otra época.

Dónde comer en Bolonia
Bolonia también es famosa por su gastronomía. Aquí se originó la famosísima salsa boloñesa (de ahí el nombre). ¿Qué mejor lugar en el mundo para comer un buen plato de pasta a la Boloñesa que en Bolonia?
Trattoria di Via Serra
Mi primera parada, platos tradicionales, sin demasiado adorno. El tortellini in brodo aquí sabe te mueres de rico. Reserva con días de antelación.Osteria dell’Orsa
Famosísima entre estudiantes y mochileros. Precios ajustados y tagliatelle al ragù con sabor casero. Llega temprano para evitar la cola.Mercato delle Erbe
Espacio moderno con varios puestos de comida bajo el mismo techo. Puedes pedir una pizza al taglio en Mozzarella y acompañarla con vino local.Drogheria della Rosa
Un clásico de la cocina boloñesa. Pide la lasagna verde y déjate recomendar un vino.Cremeria Funivia
Para muchos, el mejor helado de la ciudad. Mi recomendación: Crema Madonita o cioccolato fondente extra. Está un poco alejada del centro, pero vale la pena.Sfarinà
Perfecto para una merienda local. Sus tigelle con queso squacquerone y jamón son una bomba. Ideal si estás por la zona universitaria.

Consejos prácticos para viajar a Bolonia
Moverse por Bolonia: Compra el bono bus T‑per 24 h (6 €). Lo activas con un toque en la máquina y adiós quebraderos de cabeza con los transportes por la ciudad.
Reserva online la subida a la Torre Asinelli; las entradas vuelan.
Agua gratis: las Case dell’Acqua reparten agua fría con y sin gas; localízalas en Google Maps para rellenar tu termo o botella.
Propina: No es obligatoria, pero está bien visto redondear la cuenta.


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